Los biólogos evolucionistas dicen que un fósil «único» descubierto en Brasil podría transformar nuestra comprensión de cómo evolucionó la inteligencia única de las aves modernas.
En 2016, el paleontólogo William Nava hizo un descubrimiento notable: desenterró un pequeño fósil que podría revelar los secretos detrás de la evolución del complejo cerebro y la inteligencia de las aves modernas, uno de los misterios más persistentes de la historia de los vertebrados.
Según una nueva investigación, el ave fosilizada, llamada Navaornis hestiae , vivió hace unos 80 millones de años durante la Era Mesozoica, en lo que hoy es Brasil.
Comparable en tamaño al de un estornino , el cráneo se conserva en una forma tridimensional casi perfecta: una rareza extraordinaria, especialmente para una especie tan antigua.
Esta preservación ha permitido a investigadores de la Universidad de Cambridge y del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles reconstruir digitalmente el cerebro del ave, ofreciendo información innovadora sobre cómo evolucionó la cognición de las aves.
El trabajo, publicado en Nature , revela que Navaornis podría ser la pieza que falta para entender los orígenes de la inteligencia aviar moderna.
Al llenar un vacío de 70 millones de años entre el primer dinosaurio parecido a un pájaro conocido, el Archaeopteryx , y las aves actuales, el fósil arroja luz sobre cómo se desarrollaron gradualmente los cerebros de las aves.
Según los investigadores, Navaornis tiene un cerebro más grande que Archaeopteryx , lo que indica capacidades cognitivas avanzadas; pero otras estructuras cerebrales, como el cerebelo, siguen estando menos desarrolladas. Esto sugiere que Navaornis aún no había desarrollado el sofisticado control del vuelo que se observa en las aves actuales.
“La estructura cerebral de Navaornis es casi exactamente intermedia entre la del Archaeopteryx y la de las aves modernas”, afirma el Dr. Guillermo Navalón, coautor principal del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge. “Fue uno de esos momentos en los que la pieza que faltaba encajaba a la perfección”.
Utilizando escáneres micro-CT de última generación, los investigadores reconstruyeron meticulosamente el cráneo y el cerebro del ave, revelando detalles notables de su estructura interna.
“Este fósil es verdaderamente tan único que quedé asombrado desde el momento en que lo vi por primera vez hasta el momento en que terminé de ensamblar todos los huesos del cráneo y el cerebro”, dice Navalón.
El profesor Daniel Field, autor principal del estudio, explica la importancia del descubrimiento: “Las aves modernas tienen algunas de las capacidades cognitivas más avanzadas del reino animal, comparables solo con las de los mamíferos. Pero los científicos han tenido dificultades para comprender cómo y cuándo evolucionaron los cerebros únicos y la notable inteligencia de las aves; el campo ha estado esperando el descubrimiento de un fósil exactamente como este”.
Perteneciente a un antiguo grupo de aves conocidas como enantiornitinas o «pájaros opuestos», Navaornis se separó de las aves modernas hace más de 130 millones de años.
Aunque a primera vista su cráneo se parece al de una paloma pequeña, un examen más detallado revela que Navaornis es claramente primitivo. A diferencia de las aves modernas, carece del cerebelo expandido que sustenta la percepción espacial durante el vuelo. ¿Cómo lograba entonces la coordinación necesaria para volar? Esta pregunta añade una nueva capa de intriga al rompecabezas evolutivo.
“Este fósil representa una especie que se encuentra en un punto intermedio del recorrido evolutivo de la cognición de las aves”, afirma Field. “Sus capacidades cognitivas pueden haberle dado a Navaornis una ventaja a la hora de encontrar comida o refugio, y puede haber sido capaz de realizar elaboradas exhibiciones de apareamiento u otros comportamientos sociales complejos”.